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Yacimiento Los Collados

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Los Collados es un asentamiento de la Edad del Bronce situado en lo alto de un cerro a poco más de 1.7 km al NO de Jaulín.

Su extensión es reducida, unos 400 m2, pero suficiente para que se estableciera una pequeña comunidad agraria hace unos 4000 años, en un momento de notable inestabilidad social. Eso justifica que ocuparan un lugar destacado en altura, incómodo de habitar y de difícil acceso, pero que les permitía tener un buen control visual del territorio circundante y facilitar la defensa que, además, se potenció mediante la construcción de una muralla perimetral rodeando la cumbre. A pesar de ello el poblado duró poco tiempo. Fue destruido hacia el 1800 a.C., fecha en la que se data un virulento incendio que arrasó las estructuras de barro y madera y que incluso fundió las propias cerámicas, alcanzando temperaturas por encima de 1.200º.

El yacimiento, que se encontraba muy erosionado, ha sido objeto de excavación y estudio por un equipo de la Universidad de Zaragoza entre 2008 y 2014 bajo la dirección de Jesús V. Picazo, Javier Fanlo y Fernando Pérez-Lambán. En las zonas conservadas se han podido documentar algunos restos de interés.

Destaca la muralla de piedra caliza, actualmente la más antigua encontrada en Aragón. Es una estructura sólida y robusta, construida con doble paramento a base de bloques de caliza y relleno interno de cascajo. Rodearía toda la cumbre del cerro, aunque solo se ha conservado en un tramo de unos 5 m. en el lado SE del poblado. Su anchura tendría poco más de 1 m, pero se refuerza junto a la puerta del poblado formando una especie de bastión macizo de 2 m de lado. En este punto está delimitada y reforzada por una serie de postes que jalonarían un corredor de acceso. Al pie de la muralla, se dispuso una plataforma de piedra, a modo de berma, que debió servir como zona de paso y refuerzo de la base.

Dentro del asentamiento se han identificado diversos restos de construcciones.

Los elementos más numerosos son los apoyos para postes de madera, bien agujeros profundos excavados en la roca o directamente apoyados en ella y calzados con cantos. Se emplearon troncos rectos de pino carrasco para sostener los techos de las casas y otras estructuras internas y de roble/quejigo en el acceso al poblado, como refuerzo de la muralla en el corredor de acceso al poblado. También se han encontrado varias estructuras de piedra con forma de U. Su función es incierta, pero cabe la posibilidad de que fueran hogares. Y como novedad en el panorama arqueológico de la Edad del Bronce peninsular destaca el hallazgo de unas estructuras ortogonales, elevadas, construidas con mateado de barro y sostenidas por postes que funcionaron como silos para el almacenaje de grano. Su capacidad rondaría 1 m3 y en su interior se encuentran tinajas y otros vasos de medida.

La mayor parte de los objetos recuperados son ese tupo de cerámicas. Están modeladas a mano y cocidas en hogueras, encontrado ollas, cuencos, vasos carenados, tinajas, etc. Nos indican funciones diferentes relacionadas con la preparación y consumo de comida y bebida, transporte y, sobre todo, almacenaje. Son frecuentes las superficies rugosas en las tinajas, un rasgo decorativo que por su frecuencia resulta distintivo del yacimiento y del valle del río Huerva. Muchas de estas cerámicas están completamente deformadas debido a las altas temperaturas que alcanzó el incendio.

El poblado no estaba aislado sino que seguramente se integraba en una comunidad más amplia formada por asentamientos similares con los que mantendría estrechas relaciones. Están localizados en el entorno de la plana de Jaulín y María de Huerva, se encuentran a poco distancia unos de otros y también ocupan promontorios elevados, por lo que existe conexión visual directa entre ellos. Es el caso de Peñarroya, en la propia localidad de Jaulín. El periodo de ocupación y el final de todos ellos parece coincidir en el tiempo en esas fechas próximas al 1800 a.C., cuando se data la destrucción de Collados.

En 2017, la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón financió una modesta intervención dirigida a conservar/enterrar las estructuras internas exhumadas, reconstruir parcialmente la muralla y la zona de acceso al poblado e instalar un panel informativo en el centro del yacimiento, desde el que se tienen excelentes vistas de todo el entorno.

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